dilluns, 30 de novembre del 2009

TIM BURTON

imothy William Burton, conegut com Tim Burton, és un director, productor, escriptor i dissenyador nord-americà.
Ja que desde petit li agradava Edgar Allan Poer, la majoria de les seves pel·lícules es caracteritzen per la presència de mons imaginaris on solen estar presents elements gòtics i foscos, els protagonistes dels quals solen ser éssers inadaptados i enigmàtics.

Desde que va dirigir el seu primer llargmetratge "La gran aventura de Pee-Wee" en 1985, ha passat a dirigir i produir nombroses pel·lícules, algunes d'elles han estat notablement premiades. Al dirigir pelicules de gran èxit com "Eduardo Manostijeras" i "Charlie i la fabrica de chocolate" va adquirir gran fama.
Va guanyar un Óscar amb Corpse Bride, a la millor pel·lícula d'animació de 2006. I va obtenir el Globus d'Or amb "el Barber demoníac de la calli Fleet" al 2007, a la millor pel·lícula comèdia o musical.
Els seu pròxim projecte és la pel·lícula Alice in Wonderland, que s'estrenarà al 2010 .

dijous, 19 de novembre del 2009

Autoretrat Edgar Allan Poe

Aquesta fotografia m'he basat en el conte d'Edgar Allan Poe "No apuestes tu cabeza al demonio". He volgut representar que m'han decapitat i estic al infern amb el dimoni, i la meva ànima està plorant al veure tot el que m'ha passat.

En aquestes fotografíes he volgut donar uan expresió de tristesa. Ja que els contes de Edgar Allan Poe em donen més tristes que por. Al llegir poemes o contes sentu dolor, sufriment, tristesa, inquietud...

Cartografies del No-Lloc



És una exposició d'art i noves tecnologies que vol demostrar el valor de crítica que hi ha en la societat actual. Volen contemplar el paisatge contemporani com una disciplina dins l’art digital i el relaciona amb l’espai social i l’estètica.

Daniel Jacoby:
ADU (beta) (net-art) té la idea de estructurà un arbre i les seves característiques de simplicitat com a disposició per a qualsevol tipus d’informació. Intenta concentrar totes les dades de l’univers en un sol arbre, amb l’univers com arrel. http://adu.danieljacoby.com

Tjasa Kancler: P-a-r-a-d-i-g-m-a Vol plantejar un model específic de comunicació i visualització de la informació per facilitar les lectures transversals, contrarestar les fonts d’informació predominants, alterar l’experiència habitual del consum de les noticies i inspirar debat. http://www.p-a-r-a-d-i-g-m-a.net/

Perla Montelongo: Space translations És realitza a partir d’un procés de transformació d’un espai en imatge fotogràfica. La informacióservirà per reconstruir l’espai amb noves imatges impreses en codi ascii, qüestionant els processos de reproducció del que entenem com realitat. http://www.portfolio.etcetcetc.org/?page_id=24

Directora de cine Latarina Matiasek i el músic Robin Rimbaud: Island Playback La seva intenció es representar el nou paisatge digital. http://www.scannerdot.com/scanner_ie.shtml

Laia Sadurni i Vahida Ramujkic: Rotor Tradueixen, organitzen i visualitzen la informació i el material adquirit sobre el lloc per ser posteriorment experimentat, consultat o modificat per
l’usuari. http://rotorrr.org/rotor_manuals/

dilluns, 9 de novembre del 2009

diumenge, 1 de novembre del 2009

Exposició Pep Duran



Els de 1r de Batxillerat Artístic Plàstic, el dia 30 de octubre vam anar a Cardedeu per visitar l'exposició Ímbirc, de Pep Duran, al museu Arxiu Tomas Balvey.
Pep Duran va utilitzar materials reutilitzables, com fusta o parquet de les cases o unes sabates velles. Ha utilitzat el collage.
En el quadre hi havia clavat fustes per sobre, de manera que donava vida als quadres.
Tota l'exposició estava lligada a una linea que unia tots els quadres i escultures, i que de tan en tan hi havia alguna frase com:
" El arte no quiere omitir respuestas sino causar preguntas".

Penso que la manera que te, Pep Duran, en exposar, és diferent a totes les altres exposicions. Em va impactar molt el fet de posar parquets o fustes a sobre dels quadres, o que unes sabates siguessin part de l'exposició.

dimecres, 28 d’octubre del 2009

dissabte, 17 d’octubre del 2009

Idees del retrat


En la fotografia de Edgar Allan Poe, sortiré dreta, amb una tela negre que sera com una capa. A la cara em maquillaré una màscara vermella, amb els ulls correguts i els llavis negres. El cabell tot crespat. En el terra hi haurà pintura (simbolitzan sang), i tot de màscares (simbolitzan els convidats que es van morir a la festa de màscares). De fons hi haurà una pared blanca amb versos del poema "campanas" de Poe.

dijous, 15 d’octubre del 2009

LAS CAMPANAS!

III
¡Oíd cual suena el bordón!:
el bordón
De son bronco
Que pone en el corazón
El espanto con su son,
Con su son de bronce, ronco.
¡que tristeza tan profunda nos apresa al escuchar
Cómo reza, gemebunda, la fiereza del llamar!
Cómo su son taciturno,
En el silencio nocturno
Es grito desesperado
Que no es casi pronunciado
¡De aterrado!
Grito de espanto ante el fuego
Y agudo alarido luego,
Es un clamor que se extiende,
Que el espacio ronco, hiende
Y que llama;
Que defiende.


[Algun vers daquestes estrofes aniran a la pared del fons de la foto escrits en pintura vermella]

La Mascara de la Muerte Roja


La "Muerte Roja" había devastado el país durante largo tiempo. Jamás una peste había sido tan fatal y tan espantosa. La sangre era encarnación y su sello: el rojo y el horror de la sangre. Comenzaba con agudos dolores, un vértigo repentino, y luego los poros sangraban y sobrevenía la muerte. Las manchas escarlata en el cuerpo y la cara de la víctima eran el bando de la peste, que la aislaba de toda ayuda y de toda simpatía, y la invasión, progreso y fin de la enfermedad se cumplían en media hora.

Pero el príncipe Próspero era feliz, intrépido y sagaz. Cuando sus dominios quedaron semidespoblados llamó a su lado a mil caballeros y damas de su corte, y se retiró con ellos al seguro encierro de una de sus abadías fortificadas. Era ésta de amplia y magnífica construcción y había sido creada por el excéntrico aunque majestuoso gusto del príncipe. Una sólida y altísima muralla la circundaba. Las puertas de la muralla eran de hierro. Una vez adentro, los cortesanos trajeron fraguas y pesados martillos y soldaron los cerrojos. Habían resuelto no dejar ninguna vía de ingreso o de salida a los súbitos impulsos de la desesperación o del frenesí. La abadía estaba ampliamente aprovisionada. Con precauciones semejantes, los cortesanos podían desafiar el contagio. Que el mundo exterior se las arreglara por su cuenta; entretanto era una locura afligirse. El príncipe había reunido todo lo necesario para los placeres. Había bufones, improvisadores, bailarines y músicos; había hermosura y vino. Todo eso y la seguridad estaban del lado de adentro. Afuera estaba la Muerte Roja.

Al cumplirse el quinto o sexto mes de su reclusión, y cuando la peste hacía los más terribles estragos, el príncipe Próspero ofreció a sus mil amigos un baile de máscaras de la más insólita magnificencia.

Aquella mascarada era un cuadro voluptuoso, pero permitan que antes les describa los salones donde se celebraba. Eran siete -una serie imperial de estancias-. En la mayoría de los palacios, la sucesión de salones forma una larga galería en línea recta, pues las dobles puertas se abren hasta adosarse a las paredes, permitiendo que la vista alcance la totalidad de la galería. Pero aquí se trataba de algo muy distinto, como cabía esperar del amor del príncipe por lo extraño. Las estancias se hallaban dispuestas con tal irregularidad que la visión no podía abarcar más de una a la vez. Cada veinte o treinta metros había un brusco recodo, y en cada uno nacía un nuevo efecto. A derecha e izquierda, en mitad de la pared, una alta y estrecha ventana gótica daba a un corredor cerrado que seguía el contorno de la serie de salones. Las ventanas tenían vitrales cuya coloración variaba con el tono dominante de la decoración del aposento. Si, por ejemplo, la cámara de la extremidad oriental tenía tapicerías azules, vívidamente azules eran sus ventanas. La segunda estancia ostentaba tapicerías y ornamentos purpúreos, y aquí los vitrales eran púrpura. La tercera era enteramente verde, y lo mismo los cristales. La cuarta había sido decorada e iluminada con tono naranja; la quinta, con blanco; la sexta, con violeta. El séptimo aposento aparecía completamente cubierto de colgaduras de terciopelo negro, que abarcaban el techo y la paredes, cayendo en pliegues sobre una alfombra del mismo material y tonalidad. Pero en esta cámara el color de las ventanas no correspondía a la decoración. Los cristales eran escarlata, tenían un color de sangre.

A pesar de la profusión de ornamentos de oro que aparecían aquí y allá o colgaban de los techos, en aquellas siete estancias no había lámparas ni candelabros. Las cámaras no estaban iluminadas con bujías o arañas. Pero en los corredores paralelos a la galería, y opuestos a cada ventana, se alzaban pesados trípodes que sostenían un ígneo brasero cuyos rayos se proyectaban a través de los cristales teñidos e iluminaban brillantemente cada estancia. Producían en esa forma multitud de resplandores tan vivos como fantásticos. Pero en la cámara del poniente, la cámara negra, el fuego que a través de los cristales de color de sangre se derramaba sobre las sombrías colgaduras, producía un efecto terriblemente siniestro, y daba una coloración tan extraña a los rostros de quienes penetraban en ella, que pocos eran lo bastante audaces para poner allí los pies. En este aposento, contra la pared del poniente, se apoyaba un gigantesco reloj de ébano. Su péndulo se balanceaba con un resonar sordo, pesado, monótono; y cuando el minutero había completado su circuito y la hora iba a sonar, de las entrañas de bronce del mecanismo nacía un tañido claro y resonante, lleno de música; mas su tono y su énfasis eran tales que, a cada hora, los músicos de la orquesta se veían obligados a interrumpir momentáneamente su ejecución para escuchar el sonido, y las parejas danzantes cesaban por fuerza sus evoluciones; durante un momento, en aquella alegre sociedad reinaba el desconcierto; y, mientras aún resonaban los tañidos del reloj, era posible observar que los más atolondrados palidecían y los de más edad y reflexión se pasaban la mano por la frente, como si se entregaran a una confusa meditación o a un ensueño. Pero apenas los ecos cesaban del todo, livianas risas nacían en la asamblea; los músicos se miraban entre sí, como sonriendo de su insensata nerviosidad, mientras se prometían en voz baja que el siguiente tañido del reloj no provocaría en ellos una emoción semejante. Mas, al cabo de sesenta y tres mil seiscientos segundos del Tiempo que huye, el reloj daba otra vez la hora, y otra vez nacían el desconcierto, el temblor y la meditación.

Pese a ello, la fiesta era alegre y magnífica. El príncipe tenía gustos singulares. Sus ojos se mostraban especialmente sensibles a los colores y sus efectos. Desdeñaba los caprichos de la mera moda. Sus planes eran audaces y ardientes, sus concepciones brillaban con bárbaro esplendor. Algunos podrían haber creído que estaba loco. Sus cortesanos sentían que no era así. Era necesario oírlo, verlo y tocarlo para tener la seguridad de que no lo estaba. El príncipe se había ocupado personalmente de gran parte de la decoración de las siete salas destinadas a la gran fiesta, su gusto había guiado la elección de los disfraces.

Grotescos eran éstos, a no dudarlo. Reinaba en ellos el brillo, el esplendor, lo picante y lo fantasmagórico. Veíanse figuras de arabesco, con siluetas y atuendos incongruentes, veíanse fantasías delirantes, como las que aman los locos. En verdad, en aquellas siete cámaras se movía, de un lado a otro, una multitud de sueños. Y aquellos sueños se contorsionaban en todas partes, cambiando de color al pasar por los aposentos, y haciendo que la extraña música de la orquesta pareciera el eco de sus pasos.

Mas otra vez tañe el reloj que se alza en el aposento de terciopelo. Por un momento todo queda inmóvil; todo es silencio, salvo la voz del reloj. Los sueños están helados, rígidos en sus posturas. Pero los ecos del tañido se pierden -apenas han durado un instante- y una risa ligera, a medias sofocada, flota tras ellos en su fuga. Otra vez crece la música, viven los sueños, contorsionándose al pasar por las ventanas, por las cuales irrumpen los rayos de los trípodes. Mas en la cámara que da al oeste ninguna máscara se aventura, pues la noche avanza y una luz más roja se filtra por los cristales de color de sangre; aterradora es la tiniebla de las colgaduras negras; y, para aquél cuyo pie se pose en la sombría alfombra, brota del reloj de ébano un ahogado resonar mucho más solemne que los que alcanzan a oír las máscaras entregadas a la lejana alegría de las otras estancias.

Congregábase densa multitud en estas últimas, donde afiebradamente latía el corazón de la vida. Continuaba la fiesta en su torbellino hasta el momento en que comenzaron a oírse los tañidos del reloj anunciando la medianoche. Calló entonces la música, como ya he dicho, y las evoluciones de los que bailaban se interrumpieron; y como antes, se produjo en todo una cesacion angustiosa. Mas esta vez el reloj debía tañer doce campanadas, y quizá por eso ocurrió que los pensamientos invadieron en mayor número las meditaciones de aquellos que reflexionaban entre la multitud entregada a la fiesta. Y quizá también por eso ocurrió que, antes de que los últimos ecos del carrillón se hubieran hundido en el silencio, muchos de los concurrentes tuvieron tiempo para advertir la presencia de una figura enmascarada que hasta entonces no había llamado la atención de nadie. Y, habiendo corrido en un susurro la noticia de aquella nueva presencia, alzóse al final un rumor que expresaba desaprobación, sorpresa y, finalmente, espanto, horror y repugnancia. En una asamblea de fantasmas como la que acabo de describir es de imaginar que una aparición ordinaria no hubiera provocado semejante conmoción. El desenfreno de aquella mascarada no tenía límites, pero la figura en cuestión lo ultrapasaba e iba incluso más allá de lo que el liberal criterio del príncipe toleraba. En el corazón de los más temerarios hay cuerdas que no pueden tocarse sin emoción. Aún el más relajado de los seres, para quien la vida y la muerte son igualmente un juego, sabe que hay cosas con las cuales no se puede jugar. Los concurrentes parecían sentir en lo más hondo que el traje y la apariencia del desconocido no revelaban ni ingenio ni decoro. Su figura, alta y flaca, estaba envuelta de la cabeza a los pies en una mortaja. La máscara que ocultaba el rostro se parecía de tal manera al semblante de un cadáver ya rígido, que el escrutinio más detallado se habría visto en dificultades para descubrir el engaño. Cierto, aquella frenética concurrencia podía tolerar, si no aprobar, semejante disfraz. Pero el enmascarado se había atrevido a asumir las apariencias de la Muerte Roja. Su mortaja estaba salpicada de sangre, y su amplia frente, así como el rostro, aparecían manchados por el horror escarlata.

Cuando los ojos del príncipe Próspero cayeron sobre la espectral imagen (que ahora, con un movimiento lento y solemne como para dar relieve a su papel, se paseaba entre los bailarines), convulsionóse en el primer momento con un estremecimiento de terror o de disgusto; pero inmediatamente su frente enrojeció de rabia.

-¿Quién se atreve -preguntó, con voz ronca, a los cortesanos que lo rodeaban-, quién se atreve a insultarnos con esta burla blasfematoria? ¡Apodérense de él y desenmascárenlo, para que sepamos a quién vamos a ahorcar al alba en las almenas!

Al pronunciar estas palabras, el príncipe Próspero se hallaba en el aposento del este, el aposento azul. Sus acentos resonaron alta y claramente en las siete estancias, pues el príncipe era hombre temerario y robusto, y la música acababa de cesar a una señal de su mano.

Con un grupo de pálidos cortesanos a su lado hallábase el príncipe en el aposento azul. Apenas hubo hablado, los presentes hicieron un movimiento en dirección al intruso, quien, en ese instante, se hallaba a su alcance y se acercaba al príncipe con paso sereno y cuidadoso. Mas la indecible aprensión que la insana apariencia de enmascarado había producido en los cortesanos impidió que nadie alzara la mano para detenerlo; y así, sin impedimentos, pasó éste a un metro del príncipe, y, mientras la vasta concurrencia retrocedía en un solo impulso hasta pegarse a las paredes, siguió andando ininterrumpidamente pero con el mismo y solemne paso que desde el principio lo había distinguido. Y de la cámara azul pasó la púrpura, de la púrpura a la verde, de la verde a la anaranjada, desde ésta a la blanca y de allí, a la violeta antes de que nadie se hubiera decidido a detenerlo. Mas entonces el príncipe Próspero, enloquecido por la ira y la vergüenza de su momentánea cobardía, se lanzó a la carrera a través de los seis aposentos, sin que nadie lo siguiera por el mortal terror que a todos paralizaba. Puñal en mano, acercóse impetuosamente hasta llegar a tres o cuatro pasos de la figura, que seguía alejándose, cuando ésta, al alcanzar el extremo del aposento de terciopelo, se volvió de golpe y enfrentó a su perseguidor. Oyóse un agudo grito, mientras el puñal caía resplandeciente sobre la negra alfombra, y el príncipe Próspero se desplomaba muerto. Poseídos por el terrible coraje de la desesperación, numerosas máscaras se lanzaron al aposento negro; pero, al apoderarse del desconocido, cuya alta figura permanecía erecta e inmóvil a la sombra del reloj de ébano, retrocedieron con inexpresable horror al descubrir que el sudario y la máscara cadavérica que con tanta rudeza habían aferrado no contenían ninguna figura tangible.

Y entonces reconocieron la presencia de la Muerte Roja. Había venido como un ladrón en la noche. Y uno por uno cayeron los convidados en las salas de orgía manchadas de sangre y cada uno murió en la desesperada actitud de su caida. Y la vida del reloj de ébano se apagó con la del último de aquellos alegres seres. Y las llamas de los trípodes expiraron. Y las tinieblas, y la corrupción, y la Muerte Roja lo dominaron todo.

Trencadissa














L'encuadrament: He volgut mostrar el vindre trencat de la finestra.

Fora de camp: Podríem apreciar-hi la finestra sencera.

La composició: La imatge està formada per el vidre i el marc de la finestra.

El punt de vista, la distància i els plans: Poca distància. Pla: s'està situat a baix de l'element fotografiat.

Enfocament i profunditat de camp: L'enfocament i la profunditat de camp és la mateixa a tota la imatge. Però el element fotografiat a quedat torçat.

Tractament de la llum i els colors: La llum és natural. S'han captat únicament els colors reals i la foscor de dins el vidre.

Efectes òptics: En el forat, la foscor de dins no permet que es vegi res.

Esquerda















L'encuadrament: He volgut mostrar el forat que hi ha a la pared, encuadrant nomès el seu voltant.

Fora de camp: Podríem apreciar-hi la pared sencera.

La composició: La imatge està formada per el forat i una rallada de la pared.

El punt de vista, la distància i els plans: Poca distància. Pla frontal: quan s'està situat just davant i a la mateixa alçada de l'element fotografiat.

Enfocament i profunditat de camp: A dins del forat està menys enfocat, però s'ha pogut lograr veure una mica el dins. Profunditat en el forat.

Tractament de la llum i els colors: La llum és natural, però el dins del forat es veu fosc ja que la llum del dia no hi arribava. S'han captat únicament els colors reals.

Efectes òptics: Es pot veure com si el forat sigui pintat en la pared o que realment sigui un forat amb profunditat.

Una ciutat tancada















L'encuadrament: He volgut mostrar la porta de l'entrada de la fàbrica amb el fons dels pisos de la ciutat.

Fora de camp: Podríem apreciar-hi la porta i els pisos sencers.

La composició: La imatge està formada per la porta, i els pisos del fons.

El punt de vista, la distància i els plans: Una mica de distància ja que l'element fotografiat és més alt que el que fotografia la imatge.

Enfocament i profunditat de camp: La porta està enfocada i els pisos de darrera desenfocats, mostrant una llunyania respecte la porta.

Tractament de la llum i els colors: La llum és natural. S'han captat únicament els colors reals.

Efectes òptics: No es poden veure efectes òptics.

Gegants













L'encuadrament: He volgut mostrar una pared pintada amb un grafiti d'unes cares.

Fora de camp: Podríem veure on acava la pared per dalt i per baix.

La composició: La imatge està formada la pared amb una columna al mig.

El punt de vista, la distància i els plans: Poca distància. Pla tres quarts.

Enfocament i profunditat de camp: Les cares de la dreta estàn més enfocades qe les de l'esquerra.

Tractament de la llum i els colors: La llum és natural. S'han captat únicament els colors reals.

Efectes òptics: Al haver-hi la columna fa que la cara surti com de la pared.

Toxana















L'encuadrament: He volgut mostrar la toxana de la pared.

Fora de camp: Podríem apreciar-hi la pared sencera.

La composició: La imatge està formada per la toxana, remarcan els forats i les pedres que hi han a dins.

El punt de vista, la distància i els plans: Poca distància. Pla frontal: quan s'està situat just davant i a la mateixa alçada de l'element fotografiat.

Enfocament i profunditat de camp: L'enfocament i la profunditat de camp és la mateixa a tota la imatge.

Tractament de la llum i els colors: La llum és natural. S'han captat únicament els colors reals.

Efectes òptics: No es pot veure cap efecte òptic.

dimarts, 13 d’octubre del 2009


Es veu una finestra a la part esquerra de la imatge, que te algun vidre trancat. Hi ha una columna on es veuen parts amb ciment, i els toxos de la pared trencats.

On és el pany?
















L'encuadrament: He volgut mostrar el forat on hi va el pany d'una porta, encuadrant nomès el seu voltant.

Fora de camp: Podríem apreciar-hi la porta sencera.

La composició: La imatge està formada per el forat on hi hauria el pany de la porta.

El punt de vista, la distància i els plans: Poca distància. Pla frontal: quan s'està situat just davant i a la mateixa alçada de l'element fotografiat.

Enfocament i profunditat de camp: L'enfocament disminueix en el forat del pany i la profunditat de camp és la mateixa a tota la imatge.

Tractament de la llum i els colors: La llum és natural. S'han captat únicament els colors reals.

Efectes òptics: No hi ha cap efecte òptic.

Blanc amb un punt gris















L'encuadrament: He volgut mostrar lel terra, encuadrant nomès algunes pedres.

Fora de camp: Podríem apreciar-hi tot el terra.

La composició: La imatge està formada per algunes pedres del terra de color blanc i una pedra de color gris.

El punt de vista, la distància i els plans: Poca distància. Pla frontal: quan s'està situat just a sobre de l'element fotografiat.

Enfocament i profunditat de camp: L'enfocament i la profunditat de camp és la mateixa a tota la imatge.

Tractament de la llum i els colors: La llum és natural. S'han captat únicament els colors reals.

Efectes òptics: No es veu cap efecta òptic.

* UN SueÑo DeNTRo De UN SueÑo...

¡Recibe en la frente este beso!
Y, por librarme de un peso
Antes de partir, confieso
Que acertaste si creías
Que han sido un sueño mis días;
¿Pero es acaso menos grave
Que la esperanza se acabe
De noche o a pleno sol,
Con o sin una visión?.
Hasta nuestro último empeño
Es sólo un sueño en un sueno.

Me encuentro en la costa fria
Que agita la mar bravía,
Oprimiendo entre mis manos,
Como arena, oro en granos.
¡Qué pocos son! Y allí mismo,
De mis dedos al abismo
Se desliza mi tesoro
Mientras lloro, ¡mientras lloro!,
¿Evitaré ¡oh Dios! su suerte
Oprimiéndolos más fuerte?
¿Del vacío despiadado
Ni uno solo habré salvado?
¿Cuánto hay de grande o de pequeño?
¿Es solo un sueño dentro de un sueño?